#MiradaPoliédrica: Alan Sastre

Nerea pregunta: Tus obras requieren mucha cercanía para ser apreciadas en plenitud y, cuando el espectador pasa un rato observando alguna de ellas, descubre un montón de pequeños detalles que a primera vista pueden pasar desapercibidos. ¿Realizas algún estudio previo a tus obras o todos esos detalles son fruto del propio proceso?

Alan: No suelo realizar estudios previos ya que sé por experiencia que no suelen funcionar y además me resulta aburrido tratar de representar. Creo que con la pintura hay que estar atento; conversar, preguntar, obtener respuestas, pretender llegar a acuerdos. Esos detalles surgen de una suerte de diálogo abierto que trasciende mis intenciones, mi propio control, del haber reconocido y permitido situaciones imprevistas que se dieron durante el proceso.

Carolina pregunta: Tus cuadros monocolores al ser observados de lejos tienen un rasgo muy potente de uniformidad que hace inevitable no acercarse a ellos. Al hacerlo y observarlos de cerca, tienen diferente lectura porque se aprecia el volumen, los matices y el rastro de la pintura. Cambia totalmente la percepción de la obra.  Cuando sabes que has terminado una pieza, ¿cómo la miras?

Alan: Las miro tanto de cerca como de lejos ya que como bien dices ofrecen tipo de lecturas diferentes. De cerca se relacionan con una superficie que podría ser suelo o muro en la que se ha realizado un registro del tiempo mediante el trazo de una fregona de una manera un tanto especial, denotando la presencia de una ausencia. De lejos se vinculan con la visión desde una ventana al espacio meditativo y silencioso de la pintura monocroma.

Vanesa pregunta: Lo que más me ha llamado la atención de este cuadro, es lo diferente que es entre todos los demás, porque sin perder la identidad de tus cuadros, pone en diálogo muy diferentes lenguajes: el movimiento del gesto, el decapado de la pintura, además de incorporar una “atrevida” línea que parece de spray.

Me atraía este cuadro por la cantidad de gestos encontrados y contradictorios que se dan en este lienzo, y por todo a lo que alude: por una parte el movimiento enérgico del trazo de la “mop” que encierra fuerza y contundencia, por otro lado la dedicación metódica del decapado, que me lleva a pensar en el tiempo dedicado: horas para asentar las capas, momentos para centrarse en el matiz y en los detalles; y finalmente una rebeldía que le da aún mayor fuerza al cuadro: el trazo marcado de spray en donde el contacto con el gesto es mínimo y arriesgado.

Por lo que he visto, normalmente no mezclas lenguajes plásticos, ¿porqué lo has hecho en esta pieza?

Alan: Me interesa el pintar como un medio de pensamiento y mientras se pinta se suman un conjunto de decisiones en la que la acción previa dicta a la próxima, por lo que el uso por ejemplo de la fregona en la parte superior desencadenó en el trazo de spray con un líquido de enmascarar en la parte inferior encima de un degradado que más tarde se retiró y descubrió un trazo de spray degradado. Pero para serte sincero no estaba pensando en lo de la mezcla de lenguajes plásticos sino más bien a un tipo de contestación y un pensar en lo que ocurrió y qué podría ocurrir en ese espacio del cuadro. Me gusta lo que dices de pensar en el tiempo dedicado deja ver este cuadro, siempre me ha interesado el sentido de temporalidad que se ofrece en el espacio de la pintura, es decir, de la existencia de la pintura en el espacio y no en el tiempo, pero la lectura que podemos tener del mismo a partir de los estratos o lo que se cubre y se descubre en la superficie, visualizando todo ese tiempo invertido en el proceso de un solo vistazo: “una vista sinóptica del tiempo desarrollado”, como decía Ángel González García.

Web de Alan Sastre: www.alansastre.com