Celebramos 20 años de Kimuak con Cinemaattic

 Kimuak, la selección de cortometrajes realizados en Euskadi, cumple 20 años. Cinemaattic también ha querido dedicarles uno de tantos homenajes: Edinburgh College of Art y el Centro de Arte Contemporáneo de Glasgow albergan una retrospectiva de cinco días que incluye proyecciones de clásicos del catálogo, charlas, mesas redondas y masterclasses. Además, algunos de los directores más importantes asociados a Kimuak (Asier Altuna, Isabel Herguera y Maider Fernández Iriarte) junto al coordinador de Kimuak Txema Muñoz han sido parte de la celebración de este aniversario en Edimburgo.

Sintonía (José Mari Goenaga, 2005)

El pasado viernes 25, ocho de los cortometrajes fueron proyectados en St. Paul’s Church. La gallina ciega (2005) fue la primera pieza de animación de Isabel Herguera, que pudimos ver durante esta noche.  De fondo, las luces parpadeantes de los rascacielos y, de protagonista un hombre ciego que no puede verlas. Su perro guía desaparece, así que a su dueño no le queda más alternativa que adentrarse en ese laberinto de luces para encontrarlo. Sintonía (2005), de José Mari Goenaga, es la historia de un flechazo a primera vista. Dos coches en un atasco, dos radios, una emisora y un vestido enganchado en la puerta del coche. Una narración sencilla y perfecta para 9 minutos, solo posible con la interpretación sensible y contenida de sus protagonistas, hecha de miradas y de pequeños gestos.

Éramos pocos (Borja Cobeaga, 2005)

Traumalogía (2007), de Daniel Sánchez Arévalo, es la historia de una boda en la que el padre del novio se desvanece justo antes de dar el “sí”. Una sala de espera sustituye al salón de bodas. Arévalo convierte este drama en tragicomedia, sirviéndose de ese humor costumbrista que tanto éxito ha tenido en España en los últimos años. Éramos pocos (2005) cerró este primer bloque. Dirigida por Borja Cobeaga,  la acción comienza cuando una mujer, cansada de su dedicación en solitario a las tareas del hogar, abandona a su marido y a su hijo. Estos, ante el miedo de tener que encargarse de la casa, deciden sacar a la abuela del asilo para que retome las tareas de la madre. Cobeaga fue capaz de contar un drama desde la comedia; quizás el mensaje sea más claro y doloroso cuando la sonrisa se nos congela, cuando nos damos cuenta del machismo implícito en estos 16 minutos.

Durante el descanso nos acompañaron Asier Altuna e Isabel Herguera. Herguera nos habló de las posibilidades de la animación, de la libertad de creación al no tener que rendir cuentas a la realidad. Altuna, director de Amama, que se había proyectado el día antes en Edimburgo, reivindicó el derecho a crear cine en su propia lengua: el idioma como parte de la cultura de una región, y factor indispensable si queremos reproducir la realidad de manera fidedigna.

Ámár (Isabel Herguera, 2010)

Ámár (2010),  de Herguera, dio comienzo al segundo bloque. Inés viaja a la India para visitar a su amigo Ámár, que desde hace años vive en un sanatorio mental. Los colores y sonidos funden realidades, las de distintas geografías, pero también las relacionadas con la salud mental.

Txotx (1998), de Altuna. En una sidrería de la Euskadi más profunda, varios amigos en plena celebración están a punto de conocer la parte más tenebrosa de este local. Rodada en vasco y con fuertes dosis de humor negro, Txotx es el primer cortometraje de este realizador.

7:35 de la mañana (Nacho Vigalondo, 2003)

7:35 de la mañana (2003). Nacho Vigalondo es el director, protagonista, guionista y compositor de este cortometraje que transcurre en una cafetería. Una mujer llega al local a las 7.35, como cada día, pero el resto de los clientes actúan de manera extraña, y de pronto todos ellos forman parte de una peculiar coreografía.   Divertido y original, este cortometraje fue nominado a los Oscar en el 2004, lo que convirtió a Vigalondo en una referencia del cine español.

Acabó la noche con Democracia (2013), el segundo cortometraje de Cobeaga de la noche. Una comedia absurda que reflexiona sobre la política de las empresas para motivar a sus empleados y las tácticas de algunos de ellos para ascender.

Fue el broche final para esta sesión de cortometrajes, que nos dejó muy claro lo que también nos recordó Asier Altuna: son muchos los cineastas vascos que están creando piezas de calidad. A pesar de las dificultades y gracias al talento y a ciertas subvenciones, ya no es necesario irse del País Vasco para crear cine. Está claro que a Kimuak le quedan muchos más aniversarios que celebrar.

Este ciclo dedicado al cine vasco todavía se puede disfrutar en Glasgow. Aquí el enlace. 

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