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Yorimatã cuenta la historia de dos mujeres, Luhli y Lucina, que se unieron, dentro del movimiento hippie de los 70 para crear en el mundo de la música experimental convirtiéndose en pioneras de la escena musical independiente brasileña. Juntas escribieron más de 800 piezas, usando guitarras y tambores y apartándose siempre del mundo comercial musical, negándose a entrar en el mercado discográfico y dirigiendo su creación artística hacia la Umbanda, una religión sincrética brasileña.

Nos recuerdan que las migraciones siempre han sido parte de la historia de nuestra especie, que el mestizaje es el único modo de perpetuarse, que no vale de nada cerrar vías, porque la desesperación abrirá otras y serán más arriesgadas.
Lo hace a través de fotografías, vídeos caseros y grabaciones de sus actuaciones, de entrevistas a sus amigos, de una magnífica voz en off que hilvana fragmentos de su vida. El acento andaluz de Juan Diego, casi convertido en música, arropa al personaje con ternura y humor. El mesías, por fin, recupera así su condición de humano. Descubrimos a un hombre humilde pero consciente de haberse convertido en el símbolo de una etnia, de un modo de vida. Cuenta su amigo Paco de Lucía que Camarón no necesita letras reivindicativas en sus canciones, que, solo con su voz rasgada transmite el sufrimiento y la persecución que su pueblo sufrió durante siglos.