Inicio Arte Felipe Camargo ‘Fepelino’ eleva la técnica de la acuarela a su justo lugar.

Felipe Camargo ‘Fepelino’ eleva la técnica de la acuarela a su justo lugar.

por Brit Es Magazine

En la pasada edición de Hybrid, la feria de arte emergente que tuvo lugar durante la Semana del Arte de Madrid, nos llamó la atención el trabajo del artista e ilustrador brasileño Luis Felipe Camargo “Fepelino”. Estuvimos hablando con él sobre la temática y técnica empleadas en su interesante obra, con la cual ha conseguido crear un mundo propio repleto de poderosas imágenes.

Cuéntanos un poco sobre tu trabajo expuesto en Hybrid.

Se trata de un proyecto colectivo llamado ‘Admiral Arte’ de La casa amarilla, mi galería de Málaga, y Antonio Sánchez, que es el comisario. La idea propuesta por la sala era traer a tres parejas de artistas que más o menos hablaran de lo mismo, del mismo asunto, o que tuvieran una misma técnica o poética. Antonio me invitó a Hybrid junto con Silvia Lermo, que también es artista de acuarela como yo. Se trataba de presentar ambos cómo trabajamos el retrato, ya que aunque los dos pintamos en acuarela lo hacemos de manera completamente diferente, tratamos el modelo en sí de forma opuesta. Lo que sí tenemos en común es un compromiso por hablar de arte en papel, de hacer que la acuarela sea una técnica mucho más visible y con mayor aprecio, porque dentro del mundo de la pintura es todavía una técnica menor, en importancia y en presencia.

Por lo que vemos las obras presentadas son de diferentes series.

Aquí he presentado 14 piezas con 3 ejes diferentes. Yo empecé en la acuarela tratando con modelos y escenas bastante fuertes, que tratan de cuestiones de género, identidad, e incluso la construcción de la misma a través del arte del tatuaje, de la escarificación. La identidad como algo construido. Uno con los años evoluciona, te creas una personalidad, la cual está en continua interrelación con los demás.

Felipe Camargo en Hybrid Madrid enseñando su obra.

Son 3 series diferentes desde 2015 hasta hoy. La verdad es que son la misma serie pero que ha evolucionado de forma muy distinta. Cuando tú buscas hacer un retrato, en mi caso, no busco simplemente retratar a la persona como figura física. A mí me interesa el individuo que está detrás. Investigar qué hace esta persona, cómo se comporta. Existe un aura que rodea a la persona, que marca la diferencia entre simplemente pintar una figura humana y hacer un retrato, y si no se representara incluso el propio modelo no se reconocería.

La primera serie era la construcción de la identidad. La segunda son las edades, ¿quién eres tú cuando eres niño? ¿quién eres cuando creces? ¿qué necesidades tienes? …Y la tercera es la de la madurez, que es un poco lo que está pasando conmigo en la edad adulta, que me ha pillado por sorpresa. No estaba preparado para la vida de adulto y está cambiando todo mucho para mi. Es entrar en los 30 y ver que el Felipe de los 20 ya no existe más. Es ya incluso una cuestión física, tu cuerpo ya no es el mismo.

De hecho, este trabajo empezó porque una amiga mía fotógrafa, que me ha fotografiado durante 15 años, en mi 30 cumpleaños me regaló el álbum de mis fotos y yo al mirarme, veía la misma cara pero la veía muy diferente, como si fuera otra persona. Eso creó en mi una curiosidad por fotografiar, de hacer yo mismo las fotos y pintar a amigos de hace años y ver toda la transformación. Incluso de gente que es mucho más mayor que yo. Es el caso de una amiga que tiene 78 años que conocí cuando tenía cuarenta y tantos. Haber visto el proceso, seguir su historia y retratarla tal cual ella es ahora, y proyectar en ello lo que he vivido con esta persona, construir un universo.

¿Y la acuarela te permite acercarte más a ese aura o atmósfera?

Sí, la elección de la acuarela me vino en un principio por una cuestión práctica. Empecé a trabajar como ilustrador antes de descubrir mi vocación personal como artista, y para mi era una técnica muy funcional, incluso en el lugar de trabajo, ya que necesita de poco espacio de almacenaje. Con ella consigues resultados rápidos si quieres. Te ofrece, por otro lado, grandes posibilidades porque no tiene la presencia o el peso que pueda tener la pintura al óleo, que son colores muy fuertes, tonos más pesados. La acuarela es más sutil. Incluso al hablar de un coleccionista o alguien que decide comprar mi obra, no hay una preocupación por el tamaño o espacio que vaya a ocupar en su colección.

Sin embargo es una acuarela complicadísima en el detalle. Tiene que ser muy complejo conseguir una técnica tan precisa con la acuarela, ¿no?

Existen dos técnicas de acuarela, una es la aguada, que es la que la gente acostumbra a ver, con manchas muy presentes, y otro tipo, que inventó Durero, que es la dura, que consiste en trabajar con la suficiente cantidad de agua como para que la técnica sea de acuarela pero con la cual el papel nunca está del todo húmedo. Tú controlas la mancha, y poco a poco vas construyendo el volumen con muchas capas. La idea, que está por detrás de mi trabajo, es hacerlo con tanto cuidado, esmero y precisión, que la acuarela a veces no lo parece, la gente muchas veces piensa que es pastel o lápiz de color. Es una cuestión de control. Por otro lado, también existe una cuestión práctica. Creo que la ilustración es algo muy profesional en el sentido que te obliga a trabajar con plazos y con el lenguaje. Trabajar una imagen que apoye y comunique lo que no está en el texto, o bien que haga un resumen del texto. En mi caso me ha ayudado porque todos mis trabajos son narrativos. No consigo separarlos de la narrativa. Siempre busco contar quién es la persona. Observo mucho a la gente y busco los detalles. A veces me quedo con un rasgo determinado en la cabeza y lo reproduzco. Todas las series tienen un punto de partida: por qué ángulo voy a mirar la historia de esta persona.

¿No te encuentras tú de alguna manera reflejado en las otras personas retratadas? ¿cómo lo proyectas en tu obra?

La cuestión del retrato es compleja. La fotografía es una captura del momento y es la persona retratada en sí, sin más. El hecho de pintar un retrato, por otro lado, ya supone un filtro.

‘Earthly colors’ (Colores de la Tierra), portada para la revista Brasil Observer © Felipe Camargo

Yo digo que soy un poco Instagram en ese sentido porque mi compromiso es con la belleza. Busco pintar la mejor versión de la persona, incluso dirigiendo la fotografía, la iluminación. Para mí es muy importante que el modelo se quede contento con lo que está viendo. No tengo un compromiso en sacar lo crudo de la figura humana, existe un filtro y este filtro lo busco siempre.

Por otro lado, busco y tengo una iconografía un poco marcada: trabajo con alusiones a la repostería, a determinados animales de Brasil, tengo un fetiche con la fruta de la pasión, que es un recuerdo muy antiguo de mi infancia; incluso con recuerdos agridulces. Tengo una filosofía de vida que creo que no existe ningún recuerdo que sea completamente feliz o completamente triste, es siempre una amalgama de cosas que represento con estos referentes o alusiones. Los colores también son siempre muy marcados, soy bastante insistente con la cuestión técnica, Tengo una manera de construir la piel, los tonos de la piel, cómo pintarlos.

Todos estos retratos tienen mucho de mi porque estoy hablando de cómo los veo, intento plasmarlos como una mezcla entre lo que ellos desean ser, o lo que proyectan, y lo que percibo yo. Es como encontrar el término medio. En este proyecto, soy yo el que está haciendo las fotos y dirigiéndolas, -antes era la gente la que me las mandaba -, con la idea de transformarlo en un futuro en algo, un libro o una exposición, para dejar un registro de todo el trabajo.

Antes hemos hablado de la construcción de la identidad. Cuéntanos cómo te aproximas al tema del género, que está tan presente en tus retratos.

Mi trabajo se centra mucho en el fetiche, en mirar a la persona a través de un amuleto. No necesariamente un fetiche sexual, sino ver cuáles son esos deseos inexplicables que mueven a determinadas acciones que no tienen lógica, como el instinto. Trabajo mucho en el campo de la ilustración, para el mercado de la belleza, de las revistas de moda y comunicaciones muy especializadas, con un lenguaje muy concreto.

‘Madurez, El Papel de la Identidad,’ 2015 Acuarela en Cotton Paper, 56 cm X 76 cm

Por otro lado, fuerzo un poco la cuestión del género en mi trabajo. Tengo muchos amigos que han pasado por el cambio de sexo y que tienen una filosofía diferente de la vida. Ello, me ha obligado un poco a encarar mi propia madurez, cómo lidio yo con esto, el esfuerzo que hago en realizar el viaje que hace esa persona para encontrarse a sí misma para que yo pueda retratarla.

Al final estamos hablando de un universo que es tan ajeno que considero que es un viaje que consigues hacer hasta cierto punto, luego el seguir más allá es algo muy difícil, entenderlo es muy difícil.

Determinadas definiciones que han funcionado hasta hace tan solo 4 ó 5 años hoy en día ya no sirven porque no cubren, no son suficientes. Hoy por hoy es algo mundial. Hasta hace poco tiempo conocía pocos ejemplos de gente que saliesen a la luz sobre esta cuestión y hablaran de ello. Ahora, la gente y las cuestiones de género están luchando muchísimo por la igualdad, por cuestiones tan simples como un trabajo digno que no sea marginal, y desarrollar determinadas funciones a las que tengan acceso.

Yo estuve trabajando en una ONG brasileña que justamente ofrecía cursos, charlas dirigidas a transexuales, o personas que se dedicaban a la prostitución, con las que se buscaba ofrecer y desarrollar otras alternativas, tener un tipo de formación y educación que buscara otra salida, todo desde el respeto absoluto, ofreciendo educación sexual para intentar sacarles de su entorno o que, si decidieran permanecer en el mercado del sexo, que al menos lo hicieran de forma segura, sana y controlada. Dar información para evitar situaciones de abuso.

Todo ello es una cosa que me toca de forma cercana, ya que en Brasil es una realidad. Vas por la calle y lo ves, no se maquilla de ninguna manera. Es algo que cuando llegas a una edad te das cuenta que debes posicionarte de un modo u otro y ver qué puedes hacer tú como artista.

Mi trabajo tiene esta narrativa bastante fuerte. Y yo me puedo considerar como un privilegiado, pero creo que mi trabajo, de alguna manera debe contribuir.

Lo que intento es contar historias, que para nada son las más crudas, por supuesto existen historias más fuertes. Pero lo que quiero es intentar que como mínimo lleguen a gente que realmente tiene poder o capacidad de decisión. Decisión para abrir espacios, y hablar de estos temas. Incluso en el espacio de una galería. Abrir con ello un debate a través de la cultura, ya que, sinceramente a través de la política no está llegando.


Web del artista: luisfelipecamargo.com
Instagram: @fepelino
Facebook: facebook.com/FepeFolio

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2 comentarios

olga abril 24, 2018 - 3:01 pm

Preciosos retratos.

Respuesta
Carolina Núñez Roca mayo 7, 2018 - 9:12 am

Magníficos!

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