Inicio Cine Sigue el festival de cine español en Edimburgo y se siguen cruzando las historias.

Sigue el festival de cine español en Edimburgo y se siguen cruzando las historias.

por Ana G. Chouciño
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Sigue el festival de cine español en Edimburgo y se siguen cruzando las historias. Se complementan y se reflejan de una pantalla a otra creando un laberinto de espejos.

Sigue el festival de cine español en Edimburgo y se siguen cruzando las historias. Se complementan y se reflejan de una pantalla a otra creando un laberinto de espejos.

‘Amama. Cuando cae un árbol‘(Asier Altuna, 2015). Inevitable volver a ella después de haber visto ‘El Olivo‘ (Icíar Bollaín, 2016). Porque las dos hablan de las consecuencias de haber mutilado el bosque. En ‘Amama’, el padre derriba el árbol para deshonrar a su hija, para castigarla por atreverse a cuestionar tradiciones. En ‘El Olivo’, es el hijo quien lo arranca de raíz para venderlo. Mientras la nieta llora ante el símbolo de la infancia perdida,
 el abuelo se rinde para consolarla. Dos imágenes de violencia ante las raíces, metáforas de la pérdida de tradiciones y de la incomunicación intergeneracional. En la cinta de Icíar Bollaín ese árbol caído parece llevarse la memoria del abuelo; su nieta lucha por recuperar esa memoria y ese árbol, pero es un viaje idealizado, quizás demasiado inocente incluso en la manera de narrarlo.  A pesar de estos intentos, los bosques nunca volverán a ser los mismos, pero regresarán transformados para ser parte de lo cotidiano, convertidos en puente entre pasado y futuro, entre generaciones y paisajes.   

Y de aquí, a dos historias ancladas al presente. ‘Techo y comida’(Juan Miguel del Castillo, 2015) nos pone ante la desolación de una España que muchos todavía se niegan a ver. La precariedad extrema en el trabajo, si es que lo hay, la lucha diaria de una madre por vestir a su hijo, por darle de comer; una sociedad que prefiere girar la vista hacia un partido de fútbol emitido en el bar. Pan y circo, pero es que nos estamos quedando sin pan. Recordé las palabras de Zarauza cuando el año pasado vino a presentar ‘Os Fenómenos’ al festival. La crisis nos está alienando, nos convierte en títeres ante nuestro destino. Y pensé también en ‘Besar el pan‘, libro de Almudena Grandes. Nos atrevimos a tirar el pan sin besarlo antes, y ahora vemos como algunos de nuestros vecinos revuelven en la basura para recuperarlo. Hemos regresado a un pasado oscuro, y el hambre, ese fantasma olvidado, se atreve a llamar a algunas de nuestras puertas.

‘Rumbos‘ (Manuela Burló Moreno, 2016) nos devuelve la esperanza. Las calles de Barcelona al anochecer, una ciudad que podría ser cualquier otra; un no lugar, asfalto convertido en lienzo en blanco. Y los personajes desplazándose en sus coches, pequeñas cápsulas sobre ruedas que dejan sus historias flotando en el aire. Historias que se entretejen con las líneas blancas discontinuas, con los semáforos en rojo y con la voz de Julia Otero en la radio. Retrato de miserias y alegrías, de casualidades,  de caminos que se cruzan y otros que se alejan, de vidas que se reflejan unas en otras. La noche como paisaje y estado de ánimo.

Y cada una de nuestras butacas, como esos coches solitarios que recorren las calles de Barcelona por la noche, como el lienzo en blanco en el que proyectar nuestras historias sobre tantas otras. Todavía queda un día de festival en Edimburgo, todavía quedan historias que se cruzarán con la nuestra.

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Foto portada © fotograma de Techo y Comida

Sigue el festival en www.edinburghspanishfilmfestival.com

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